En los últimos tiempos, el diario La Capital, que además de ser el de mayor tiraje en nuestra ciudad y zona, es quien marca la agenda de buena parte de los medios audiovisuales, ha quedado en evidencia, en reiteradas oportunidades, por tener cierta anuencia editorial para con los gobiernos provincial y municipal. Esto pudo comprobarse en el tratamiento de temas que supuestamente dañaban la imagen de ambos gobiernos. A juzgar por las encuestas con distinto éxito. Así lo hizo con el caso Tognolli, a nivel provincial, pero también con las inundaciones de diciembre del año pasado, o el tema de las irregularidades en las concesiones que otorga la Municipalidad, en el caso de Rosario. Muchas de las notas o columnas de opinión, repiten los argumentos del actual y el anterior gobernador en cuestiones como la supuesta deuda de la Nación con la Caja de Jubilaciones de la provincia (que está en rojo y por desmanejos del propio gobierno provincial, desde hace ya bastante tiempo), o de la también supuesta discriminación en el envío de fondos nacionales para obras en el territorio santafesino. A poco de investigar, ambas afirmaciones aparecen como temerarias o falaces. Y esto por citar solo algunas cuestiones. Las razones o motivos de tal alineamiento editorial escapan a nuestro conocimiento aunque podemos suponerlo. Con respecto al gobierno nacional, la posición resulta más ambivalente, con un leve predominio a alinearse a todas las operaciones de prensa del grupo Clarín referidas a supuestos casos de corrupción que salpiquen o desgasten la imagen del gobierno nacional. La operación Boudou- Vanderbroele o las más recientes y vergonzosas investigaciones periodísticas de la nueva estrella del grupo Clarín, Jorge Lanata, que se hicieron trizas antes de tomar vuelo, contaron con una puntual y profusa repetición por parte del diario de los Vila-Manzano. Pero además, la línea incluye desde siempre, la publicación de adefesios como el que vamos a tratar, que además de contradecir toda buena práctica periodística, que incluya citar fuentes y evite los supuestos, estimulan y promueven en el lector no avisado, una fuerte propensión a la antipolítica, comenzando siempre por un marcado sentimiento anti K.
Veamos:
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Un docente de Tandil contó que la razón de su divorcio fueron las diferencias políticas. "Nos separó el kirchnerismo. El colmo fue un día en que ella me dijo elegí: Magnetto o yo", dijo.
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