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office, homeworking, teletrabajo
Al
carajo!
Lejos,
muy lejos de significar una ventaja, esas formas de trabajo arriba denominadas,
implican la ruptura de la última barrera, entre la esfera de lo público y lo
privado en el ámbito laboral.
Y
lo hacen rompiendo la puerta a patadas.
Quizás
no se note mucho el ruido,
Porque
años de acostumbramiento a la dilución de esa división,
han
ido facilitando las cosas.
La
posibilidad de interactuar en redes, a través de computadoras, sin necesidad de
estar presentes en un mismo lugar físico, es el primer artificio.
Te
“instalo” una pc o una portátil en tu casa y la “linkeo” con el sistema de la
empresa.
Eso
sin contar, que quien paga la banda ancha es el empleado y no el empleador.
Primera cuestión naturalizada.
LA JORNADA LABORAL
Luego,
se estipula el mismo horario de trabajo, con lo que se termina reconociendo que
el tiempo que hoy perdés en transportes públicos, o no, para llegar hasta el
trabajo, de ida y de vuelta, no están remunerados y corren por cuenta del
trabajador.
Te
suena exagerado?
Fijáte
como todxs lxs consultores externos y auditores de cualquier empresa, les
facturan hasta el saludo de cortesía, y los trompas ni chistan.
EL MÓVIL (CELULAR) “CORPORATIVO”
Otro
de los ganchos, es el móvil “corporativo”.
Los
patrones ofrecen a sus empleados una línea de celular de la misma empresa
prestataria (personal, claro, etc) q ellos contratan y se las brindan a un
precio, en principio, más barato que el que cada cual puede conseguir por su cuenta.
Ese “ahorro” se traduce, en que el número de cada portador de una línea
corporativa, se convierte en público.
Y
puede ser requerido, aún fuera de sus horarios de trabajo.
Y
por si eso fuera poco, la lógica de redes como guasap, son tan ortivas, que
implican, que si alguien te envió un mensaje, no tendrás forma de ignorarlo, ni
de aducir no haberlo recibido.
Lo
mismo te pasa, si no tenés línea corporativa, me podés decir…
Es
posible, pero si el móvil te pertenece, te sentís menos coaccionado a contestar
fuera de tu horario de trabajo y aún dentro de él, por fuera de la red de la
empresa.
SIEMPRE LISTXS…
La
dilución entre el espacio presencial en la empresa y estar disponible en tu
casa o donde fuere, se vuelve en realidad, un plus, a favor del empleador, pero
no del empleado.
Eso
sin hablar, del plus que significa laburar mientras los hijxs andan pidiendo
cosas, en el caso de los que los tienen.
La
“productividad” asociada a la comunicación vía redes móviles o internet,
significan un ahorro de espacios físicos y de los gastos asociados a ellos:
luz, gas, higiene, seguridad, logística, alimentación, etc.
El
sueño húmedo de muchos “empresarios”, generar ganancias con la menor cantidad
de empleados y estructura física.
Y
con ello, evitar cualquier tipo de organización sindical.
Ese
monstruo molesto, que les impide, a veces, avanzar en las diversas formas de
flexibilización laboral: multiplicidad de tareas, ubicuidad permanente,
reducción de costos laborales y demás.
El
modelo galperín de mercadolibre y avance de la esclavización digital.
Pero…
¿Quién dijo que todo está
perdido?
La
cuarentena obligatoria de millones de trabajadores, que no cumplen tareas
esenciales, puede provocar además de temor por el virus y la continuidad de sus
fuentes de trabajo, una sensación de extrañamiento con todo lo que hasta ayer
parecía normal.
Incluso
las condiciones laborales.
Quienes
sobrevivan, estarán para contarlo…
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