ELECCIONES

Él, es un hombre sencillo.

Trabaja, está asustado por la inseguridad.

Cree que alguien debe hacer algo con eso, pero no tiene grandes expectativas al respecto.

A veces, se enoja por eso. Se siente impotente.

Desconfía de casi todo, cree en su esfuerzo individual.

Siente que nadie hace algo por él, y por todos los que son como él.

Que todo lo que ha conseguido, se debe sólo a su esfuerzo.

Aprendió, escuchando en los medios, que la inflación es el peor impuesto, no entiende bien cómo y por qué se produce esto, pero cree que debe ser algo que tiene que ver con el gobierno.

Prefiere no enojarse con los que aumentan los precios, porque por algo debe ser, aunque a veces desconfía de esto.

Que no está mal darle subsidios a los marginados, pero que además de cañas hay que enseñarles a pescar.

Y alejarlos de los pecados.

Pero sabe, que todos somos pecadores.

Está cansado de que le recuerden el 2001 y todas las desgracias de aquellos tiempos. Eso ya pasó y si alguien tuvo mérito para sacarnos de ese infierno, no tiene derecho a andar reclamando premios por eso.

Pero no le gustaría volver a aquellos tiempos.

Aunque, como dicen los que él cree que saben, es casi inevitable, y por culpa de los mismos que lo sacaron de ese entuerto.

Pero tampoco le cierran la cara, ni los dichos, de los que dicen eso.

Se siente jodido, pero le molesta, que lo quieran hacer sentir todo el tiempo descontento.

Por eso la TV, se le ha vuelto un lugar incierto, tanto como, los programas de chimentos. Y La radio ya es sólo un lugar de acompañamiento.

Le hablan de cambio o de continuidad, y a él le suena a un invento.

Y cuando hablan de política, economía o justicia, pronosticando desastres, siente que le hablan a otros.

Y se alegra de que por suerte, también hay fútbol, trabajo, vacaciones, amigos y todo eso.