Ahora, que después de
tanto tiempo, los ojos de todos se han vuelto sobre Santa Fe, y el gobierno del
Frente Progresista Cívico y Social, integrado por el Partido Socialista, la
Unión Cívica Radical (sin abreviatura y en todas sus múltiples expresiones), la
Coalición Cívica-ARI (un desprendimiento de la anterior fuerza política pero
con más dificultades de ser definida, si es que esto fuera posible), el GEN
(otro desprendimiento y mejor no sigo porque cansa), el Partido Demócrata
Progresista (no tan progre) y un sinnúmero de pymes electorales en gran medida
unipersonales (tan progres como todos los anteriores), acaba de cometer un
error, que puede costarle la derrota, tanto a nivel provincial, como en la
intendencia de la ciudad insignia de los socialistas, como ha sido Rosario, en
los últimos 25 años, es un buen momento, quizás, para que quienes no viven en
Santa Fe y son escasa o interesadamente informados por el grueso de los medios
capitalinos, se vayan enterando de que se trata esto del escándalo del
escrutinio provisorio de las PASO santafesinas, y de los protagonistas del
mismo.
Para algún desprevenido, se trata de que la página web del
gobierno provincial, a eso de las 5 de la mañana del lunes 20 de abril,
consignó resultados finales del escrutinio provisorio, donde supuestamente
estarían reflejadas el 100% de las mesas de toda la provincia, como puede verse
aquí: http://elecciones.santafe.gov.ar/#.
El responsable del escrutinio, según los dichos de la Secretaria del Tribunal
Electoral, Claudia Catalín, es el secretario de Tecnologías, Javier Echaniz,
que depende del ministerio de Gobierno. A su vez, el ministro de gobierno, su
jefe, Rubén Galassi, fue cuarto candidato en la lista de diputados provinciales.
El problema, es que a pocas horas de esto, surgieron
evidencias incontrastables, de que ese total no era cierto, ya que una cantidad
de mesas, estimadas en alrededor de 700, un 10% del total de las mesas, no
estaban “volcadas” en tal dato o mejor dicho, los resultados de las mismas
aparecían como no escrutadas, por lo que tales cifras, resultarían inexactas.
Teniendo en cuenta, que lo que estaba en juego, es nada menos que la
designación de quienes son los candidatos elegidos para la elección general de:
Gobernador, Diputados Provinciales, Senadores departamentales, Intendentes o
Jefes comunales y concejales, la cuestión resulta grave, ya que de esos
resultados dependieron, no sólo la información que los santafesinos recibieron
a través de los medios el día lunes, con lo que esto implica sobre su posible
inclinación de cara a las elecciones generales, sino también de la conformación
definitiva de las listas de diputados provinciales o concejales, así como de
los candidatos que podrían haber o no cumplido con el piso establecido del 1,5%
para seguir en carrera hacia el 14 de Junio.
Para aportar solo un dato, y no menor, el ganador en la
categoría gobernador resultó ser el candidato del PRO, Miguel Torres del Sel
con 480.000 votos, seguido por Miguel Lifchitz (socialista) con 335.000 votos y
en tercer lugar Omar Perotti, del Frente Para La Victoria con 327.000. A los
votos de Lifchitz, se le suman dentro del Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS)
los del radical Mario Barletta, unos 140.000, que no resultaron suficientes
para alcanzar los obtenidos por el
cómico diputado nacional del partido de Mauricio Macri, que además contó con el
apoyo del ex gobernador y actual senador Carlos “Lole” Reutemann. Resulta
evidente, que la exigua diferencia entre el ex intendente de Rosario y el
candidato peronista, de apenas 8.000 votos, de modificarse en el escrutinio
definitivo, marcaría una diferencia significativa entre presentar al candidato
oficialista, como segundo o tercero de cara a la elección definitiva.
Para completar el cuadro de desaciertos, a las 21 horas,
Lifchitz, el gobernador Bonfatti (cabeza de la lista de candidatos a diputado
provincial), el ministro Galassi y otros dirigentes socialistas, brindaron una
conferencia de prensa donde aseguraron que el frente había superado a Del Sel
por poco más de un punto, algo que luego no se ratificó en el desprolijo
escrutinio provisorio.
ANTECEDENTES
La provincia de Santa Fe, cuenta con diversos antecedentes
de supuestos intentos de fraude electoral, como los ocurridos en 1983, cuando
después de un “apagón”, el candidato radical Anibal Reinaldo resultó derrotado
por el peronista (o más o menos) José María Vernet, primer gobernador de la
democracia recuperada en ese año. Aunque tal situación no pudo ser demostrada.
En el año 1995, se debiò contar voto a voto, para determinar
el sucesor del Lole Reutemann, en tiempos de la Ley de Lemas, donde resultó
finalmente triunfante Jorge Obeid, siendo que la noche de los comicios se había
anunciado como triunfante a otra lista del partido justicialista, encabezada en
ese momento por Hector Cavallero.
Asimismo se consignan, otras votaciones, como en el 2003,
cuando se escrutaron con control de diversos partidos los resultados a
diputados provinciales modificándose los
resultados del escrutinio provisorio.
LA BOLETA ÚNICA
En diciembre del año 2010, el Senado de la Provincia de
Santa Fe, con mayoría opositora del peronismo, ya que gobernaba la provincia
Hermes Binner del FPCyS, muy extrañamente, aprobó con los votos de los
senadores peronistas, un proyecto del entonces diputado provincial Pablo Javkin
(Coalición Cívica Ari), actual diputado nacional por el FPCyS, y por entonces integrante
del bloque de diputados provinciales frenteprogresistas, que había tenido media
sanción meses antes en esa cámara donde el frenteprogresismo tenía mayoría
propia. Así, se convirtió en ley, un nuevo sistema electoral denominado de
boleta única, que reemplazó al de boletas impresas y unidas las diferentes
categorías, como se utiliza en las elecciones generales de todo el país.
Argumentando mejoras en la transparencia de los comicios y de celeridad en los
resultados, se implementó este engendro, mediante el cual las autoridades de
mesa entregan a cada elector una boleta de dimensión similar a una hoja A4, de
diferente color, por cada categoría, con una “fotito” del candidato a cargo
ejecutivo (gobernador o intendente) o del cabeza de lista de los cargos
legislativos (diputados provinciales o concejales) y un recuadro en blanco a la
izquierda, donde se indica la elección marcándolo con una birome.
Esta es la tercera vez que se aplica este sistema y a pesar
de gozar de “buena” prensa, sumado a la defensa de quienes lo aprobaron,
presenta dificultades técnicas operativas, que llevan a confusión de los
electores, situación por la cual, tiene un promedio de un 12% entre votos
anulados y en blanco, porcentaje superior en más del doble a la media promedio
en elecciones en nuestro país. El escrutinio, resulta difícil de controlar por
parte de los fiscales de los partidos, por resultar de difícil visualización la
cruz que indica la preferencia por uno u otro candidato, sumado a que con una
birome, una autoridad de mesa puede desvirtuar lo votado. En lugar de ser más
rápido, por ser la tercera vez que se utiliza este método, el escrutinio
resultó más lento y por ende la información de los resultados se demoró por lo
que a las 22 horas cuando supuestamente se iba a tener una proyección de datos
que marcara tendencia, solo se publicaba en el sitio oficial un porcentaje que
no superaba el 20% del total, sumado a que no se habían cargado datos de
Rosario y Santa Fe (ciudad), los dos lugares de mayor cantidad de votantes.
Esto no impidió, que el PRO, supuesto ganador de las PASO,
festejara en un coqueto bunker de uno de los tantos emprendimientos
inmobiliarios que las políticas desplegadas por el socialismo y sus socios han
propiciado en la costa del río, y para los sectores más pudientes de la ciudad
y la región, que incluye tanto actividades económicas lícitas (productores
agropecuarios entre ellos, verdaderos motores del boom inmobiliario rosarino)
como ilícitas (narcotráfico, etc.).
Volviendo al sistema de boleta única, cabe realizar una
crítica desde lo político, ya que en aras de una supuesta ampliación de
libertades al votante, el sistema diluye las identidades partidarias y la
voluntad de tales organizaciones que se expresan en proyectos, contrastando
tales atributos con candidaturas individuales, que se sustentan en el grado de
conocimiento y popularidad de candidatos que en muchos casos provienen de otras
actividades, como el deporte, la Tv o las tablas, a quienes les resulta
suficiente con exhibir su fotografía en la boleta.
Para muestra de las incongruencias del sistema de boleta
única, si las del domingo hubieran sido las generales, Del Sel sería
gobernador, pero contaría con solo 7 diputados provinciales sobre 50, ya que la
lista encabezada por Roy Lopez Molina obtuvo 300.000 votos menos que él. Y 1
solo senador sobre 19. Imaginen la gobernabilidad en tal caso….
¿SERÁN BOLETA?
Cualquiera sea el resultado final del escrutinio, el
gobierno provincial parece haber logrado, con estas burdas maniobras, algo que
parecía imposible hasta hace una semana: estar muy cerca de perder el 14 de
junio, la ciudad de Rosario y la provincia, en manos de una presentadora
televisiva y de un político que no asume responsabilidades, como la de diputado
nacional para la que fue votado y prefiere que lo sigan conociendo como un
cómico de manos limpias y buenas intenciones, que viene a poner el corazón y a
darle alegría a los santafesinos.
Si no fuera por lo trágico, sería una buena comedia.
La boleta única es la banalización de la política, se votan caras conocidas y no proyectos políticos.
ResponderEliminarAtte. Germán mMasat.-)
y los que la banalizaron y los que los ayudaron, no se arrepienten....conjura de necios don Germán y gracias por comentar.
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