Lunes, 08 de julio de 2013 12:31 | La Ciudad
La protesta por el "canguro boxeador" se frustró porque era un "payaso disfrazado"
Las protectoras de animales pusieron el grito en el cielo. La intendenta municipal Mónica Fein llamó para interiorizarse de la cuestión. Resultó no ser más que un truco publicitario.
El Poderoso Circo Australiano se instaló en el Patio de la Madera y comenzó la promoción para convocar a los chicos y sus familias durante las vacaciones de invierno. Entre sus propuestas apareció “el canguro boxeador Felipe” lo que provocó la ira de las protectoras de animales que enseguida organizaron una protesta en oposición a la presencia de animales en espectáculos públicos, tal como rige la ordenanza municipal.
Luego de que el enojo por la presencia del supuesto canguro se expandiera por las redes sociales, se supo que en realidad el animal no existía y que se trataba de un empleado del circo, vestido con el traje del típico animal australiano.
“El canguro no es verdad, es una persona disfrazada, es para la diversión de los chicos, junto con el sapo Pepe y otros personajes”, afirmó el boletero del circo en diálogo con "Todos en la Ocho".
Además confirmó que hasta la intendenta llamó para preguntar si era verdad que el espectáculo incluía la presencia de algún animal.
“Esa información es falsa, se lo explicamos ayer a las personas que se reunieron en asamblea, quienes pudieron ver con sus propios ojos que es una persona disfrazada”, confirmó.
Osvaldo, el productor del espectáculo, habló de la ordenanza vigente y señaló que este circo no tiene animales. “Claro que a los chicos les gusta ver animales, pero está prohibido y entonces no se hace. Este es un canguro disfrazado”, cerró.
No obstante, los activisas que organizaron la protesta frente al circo aseguraron que se maltratan animales. Se refieren a un caniche que disfrazna de elefante y lo presentan como el paquidermo más grande del mundo.
Silvia Molina, activista independiente que participó del acto, aseguró a La Capital que sufrieron agresiones verbales de parte de la gente que trabaja en el Circo Australiano y que, inclusive, radicaron una denuncia policial.
"Son los mismos que abandonaron los leones en muy mal estado en el frontera con Paraguay, tienen una historia de maltrato con los animales y so queríamos transmitirle a la gente que, sin saberlo, va y paga la entrada", aseguró Molina.
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