UN TOBA EN EL VATICANO

En el día de ayer, el cacique Felix Díaz, referente de la comunidad Qom “La Primavera” y delegado de la Cumbre Nacional de Pueblos y Organizaciones Indígenas de la Argentina, una organización que reúne a un sector de las comunidades aborígenes, fue recibido junto al Premio Nobel de la Paz Adolfo Perez Esquivel por el Papa Francisco. La reunión privada tuvo una duración de unos 45 minutos, cantidad de tiempo similar a la otorgada por Francisco, al Momo Venegas o al presidente Mujica. En la misma le solicitaron a Bergoglio, que interceda ante el gobierno nacional y el de la provincia de Formosa, para que se abran instancias de diálogo, según expresaron.

“En la Argentina no se cumplen los derechos de los pueblos originarios. Se nos persigue por reclamarlos y se nos considera opositores. Nosotros queremos que se nos trate como lo que somos, seres humanos que pertenecemos a nuestra tierra y no queremos que nos la roben”, afirmó Díaz. Por su parte, el titular del Servicio de Paz y Justicia, sostuvo “El problema no es sólo en la Argentina sino de América latina y otros continentes. Los intereses empresariales avasallan los derechos de los pueblos con complicidad de algunos gobiernos. Los pueblos originarios están de pie, defendiendo sus derechos en toda América e incluso han ganado juicios contra multinacionales, como es el caso de Texaco-Chevron en Ecuador.”

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-222995-2013-06-25.html

 

El diálogo reclamado, parece que viene llevándose a cabo, por lo menos con el gobierno nacional en varias de sus instancias, como con el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, con quien se reunieron, tanto Díaz como otros referentes aborígenes, el 25 de mayo pasado. Así como también fueron recibidos por integrantes de la Corte Suprema de la Nación.

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-220828-2013-05-25.HTML

 

Probablemente Díaz y los miembros de su comunidad, no estén satisfechos con los resultados de las reuniones con los funcionarios nacionales o la Corte Suprema de Justicia, lo paradójico resulta que después de varios siglos, los representantes de los pueblos originarios acudan al Jefe Espiritual de la institución que bendijo a quienes los persiguieron, desplazaron y ejecutaron en masa, reclamando por sus derechos. Desde ya, por lo menos han tenido más suerte que otras personas que también abogan por los derechos humanos, como fue el caso de Estela Carlotto, a quien el sumo pontífice solo le dedicó dos minutos en la plaza.