EL
ARCA Y EL CLIMA
Sin
decadentismo, creánme que recuerdo con cariño, cuando llovía y ese fenómeno era
considerado tan solo eso, un fenómeno meteorológico natural.
Algo
del orden de la naturaleza.
El
sol o la temperatura ambiente provocaba que el agua ya sea de mares, ríos y
lagunas o de frondosos bosques y selvas se evaporara, luego subía hacia el
cielo por cuestiones que la física podía explicar sencillamente o por lo menos
entendíamos. Ya, la cuestión por la que al ascender, por diferencia de
temperatura y presión el vapor se iba condensando y formaba nubes, no parecía
tan simple, dejando lugar a interpretaciones un tanto más románticas. Y, es que
son tan lindas…
Luego,
se complicaba más con explicaciones sobre frentes fríos, bruscos cambios de
presión, anticiclones y otras yerbas.
Pero
la cosa, es que llovía.
Y
según nos parecía, siempre llovió, y hasta cuentan desde algunas religiones,
pero también desde algunos relatos científicos, que algunas veces llovió mucho.
Muchísimo.
Diluvió.
Tanto llovió que quedó poca tierra firme, y que muchas especies vivas que había
sobre la tierra, murieron, ya sea ahogados o por la falta de alimentos que
provocó tal inundación. Pavada de cambio
climático, que se produjo por esos tiempos. Nadie sabe a ciencia cierta, cuáles
fueron los motivos de tal desastre “natural”, pero difícilmente sería
adjudicable a “la mano del hombre” y su ya tristemente conocida voracidad por
los recursos naturales, desprecio por el medio ambiente y su absoluta desidia
para con la vida de las generaciones futuras.
LOS
INUNDADOS
Pero
no nos vayamos tan lejos, en los últimos 50 años, hemos visto y vivido lluvias
e inundaciones, que sin llegar a diluvio, han provocado innumerables
transtornos sociales y económicos. Y hasta a veces, también políticos, aunque
esto último no es tan seguro, ni se cumple a rajatabla.
Sin
ir más lejos, a principios de los 80, medio Rosario estuvo anegada, hubo
muertes e ingentes pérdidas económicas. Se reclamó fuertemente por obras no
realizadas, aunque todavía no estaba de moda, esto del “cambio climático”, sin
embargo esto no tuvo gran impacto en las elecciones municipales y provinciales
posteriores.
Un
poco más acá, en la ciudad de Santa Fe, se produjo una inundación de trágicas
consecuencias, de la que aún no hay precisión sobre la cantidad de muertes,
pero sí de la enorme cantidad de vecinos que perdieron prácticamente todo. Los
motivos de tal desastre, aunque en líneas generales y según la mayoría de los “expertos”,
se debieron a la ausencia de obras de prevención, en tal ocasión, no se
enfocaron como en estos últimos diez años a cuestiones relacionadas a “cambio
climático”, mala utilización de tierras o exceso de monocultivos, etc.
El
intendente pagó el costo político, pero el entonces gobernador provincial,
Carlos Reutemann, en las siguientes elecciones arrasó como candidato a Senador
Nacional, ganando con claridad, aún en la propia capital de la provincia.
Y hace
apenas un par de años, la ciudad de La Plata y sus alrededores, sufrieron una
inundación con alrededor de 89 muertos (cifra también cuestionada), que como
podrán advertir en este enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Inundaci%C3%B3n_en_La_Plata_de_2013, tuvo tantas causas, algunas de ellas contradictorias entre sí, según supuestos
especialistas y Ongs, como un tratamiento tan antojadizo sobre lo actuado por
las autoridades municipales, provinciales y nacionales, metiendo a todos los
gatos en una misma bolsa y pegándole palos.
A
pesar de que lo actuado por el actual intendente Pablo Bruera, fue considerado
como desastroso, por varios sectores sociales y políticos, acaba de ganar la
interna del FPV para continuar al frente del municipio y cuenta con buenas
chances de lograrlo. Claro, que ha contado para ello con un fuerte apoyo de los
principales medios de la ciudad.
EL
SOL SALE PARA TODOS
El
tratamiento mediático de las actuales inundaciones y de algunas de las citadas,
fue y va desde cierto amarillismo, a una alarmante falta de criterio sobre
elección de fuentes de información y opinión, así como la adjudicación de
prestigio a algunas Ongs que cual pájaros de mal agüero, suelen hacerse su
agosto (valga la casualidad) en este tipo de catástrofes. Sin faltar los
supuestos especialistas sobre lo que se denomina “cambio climático”. Y en
líneas generales, se invisibilizan algunos factores, como erróneas políticas
inmobiliarias, o de aprovechamiento inapropiado de terrenos para agricultura y
de cursos de agua, para sí criticar fuertemente o generar cierta sensación de
falta de políticas públicas para dar respuesta a los damnificados, una vez que
los hechos ya se han desencadenado.
Ni
que hablar del triste show de supuestas solidaridades, con la que se lisonjea a
los ciudadanos contraponiéndolo a la ineptitud de los “políticos” y
funcionarios, en línea con su clásica línea editorial antipolítica.
De
este modo, el stablishment mediático, reparte antojadizamente culpas y
responsabilidades, de acuerdo a sus propios intereses. Y lamentablemente,
algunos sectores políticos aportan a la confusión, por error o por un
repugnante interés de aprovecharse del dolor ajeno, sobre todo, en períodos
electorales.
Pero,
siempre después de las tormentas, sale el sol, se vuelve a empezar y no todo
tiene una interpretación tan unívoca.
Ni
un efecto electoral tan cantado…
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