Por CGG
Visto en perspectiva, no parecería ser un buen momento
tanto para la Argentina como el resto del mundo.
El genocidio a cielo abierto que practica el estado
israelí contra el pueblo palestino con el apoyo y la anuencia d EEUU y sus
tristes alcahuetes europeos de la OTAN y el hacerse los giles de otros países
es un triste espectáculo, que traerá consecuencias negativas en el corto y el mediano
plazo.
Por suerte hay una reacción popular en todo el mundo que
los condena a pesar de la complicidad cobarde y rastrera del stablishment
periodístico occidental.
En nuestro caso y a caballo de una economía prebendaria,
los más ricos y poderosos condenan a la pobreza a una mayoría de la población,
fruto de una larga cadena de errores que probablemente hayan comenzado, no
casualmente, en el balotaje del año 2015, donde el candidato del campo nacional
y popular, cayó derrotado por un capo mafia que mintió en toda la línea con
respecto a lo que haría en caso de ser gobierno.
El macrismo logró destruir en 4 años buena parte de lo
logrado durante los 12 años previos, en cuestiones de desarrollo productivo,
estabilidad económica, distribución del ingreso e integración social.
Y le agregó, para colmo, una deuda en dólares con el
FMI absolutamente irresponsable y fatal para el interés nacional.
Por supuesto y ante la evidencia, fué derrotado con
claridad en su intento reeleccionista, a pesar de contar con el apoyo del stablishment
periodístico, buena parte del empresarial, el departamento de estado, el FMI y
coso.
Pero dejó sembrada una trampa que el actual gobierno
encabezado por el alberto, no supo, no quiso o no pudo desarmar, con una
impronta más cercana al radicalismo claudicante que al kirchnerismo que con sus
votos lo llevó a la presidencia.
A su actitud vacilante, en algunos casos, le sumó errores
conceptuales y contradicciones flagrantes con el contrato electoral que
imaginariamente debía llevar a cabo. La persistencia en el error, nos llevó a
una primer derrota en el 2021, que anticipaba este escenario deplorable donde
terminamos cortando clavos en otro balotaje, pero esta vez y a caballo de
nuestro fracaso, el candidato del panperonismo enfrenta a un personaje tan
estrafalario como impredecible, que ataca como facista pero se defiende como un
actor más del juego democrático, para terminar en una alianza con el capo
mafia, en una actitud típica de la “casta” a la que condenaba hasta antes de
ayer.
A diferencia de macri, Javier Gerardo (como cariñosamente
lo llama Rafael Bielsa) no promete conservar nada “de lo bueno” y modificar lo
malo sino que viene a barrer con derechos elementales en ámbitos tan sensibles
como el laboral, pero también la salud pública y la educación. Sin contar con
delirios económicos como la dolarización, la quema del Banco Central, o exabruptos
como la compra-venta de órganos. Y agregándole una misoginia y negación de los
derechos de las diversidades, amén de apologistas de la dictadura del 76.
Muy rico todo…
Hasta hace 4 años, a ningún candidate que tuviera
intenciones de ganar una elección presidencial, se le hubiera ocurrido plantear
ni siquiera una parte de tantos disparates. Es por ello, que gran parte de
nuestra sociedad vive estos momentos con angustia, sumado a las penurias económicas
vigentes. Y quizás por eso mismo, es que se repite un escenario donde además de
les militantes, algunas organizaciones empresariales, artistas famosos, “intelectuales”
y mediáticos de toda laya y color, pero también desconocidos nos hemos puesto
la campaña al hombro, para evitar males mayores y empujar al candidate que con
gran voluntad da la pelea, y a pesar de sus errores y carencias, nos promete
hacer un esfuerzo por evitar el desastre.
Y esta vuelta, el balotaje será nuestro.