Abrazáme, hasta que volvamos a gobernar junto a alguien que no abandone sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada, como Néstor y Cristina, pero también hasta que construyamos la fuerza necesaria para cambiar a la institución más retrógrada que ha actuado como reaseguro del status quo que nos degrada como sociedad, para impedirnos avanzar hacia una sociedad más justa, y que valga la paradoja se hace llamar "Justicia".
Vivimos y vendrán tiempos difíciles.
Con la enorme impunidad que les otorga la corporación judicial, el discurso único de los medios masivos y la complicidad de buena parte de la dirigencia política, tanto la previsible, como la acomodaticia que hasta ayer se suponía propia, avanzan rápidamente destruyendo el estado de bienestar dificultosamente construido en 12 años.
Todo lo que hasta hace 7 meses era medianamente previsible, aún lo criticable o discutible, parece difícil que permanezca en pie.
Hoy reina la incertidumbre, para los trabajadores formales y mucho más para los informales, los jubilados, los comerciantes, los pequeños y medianos empresarios, los clubes de barrio, los docentes e investigadores, los que disfrutan de ver el fútbol gratis, los productores culturales de audiovisuales, de música, de teatro, de actividades recreativas populares, los deportistas amateur, las universidades públicas, los que viven del turismo, los productores de espectáculos y los que hacen esos espectáculos, las empresas recuperadas, los cuentapropistas, los agricultores familiares, los artesanos, los cartoneros, las organizaciones sociales que siguen peleando por la inclusión, las ecologistas, los verduleros, los carniceros y para que seguir la lista...
Se instala el miedo entre todos ellos.
Y como todos sabemos el miedo disciplina.
Y los hace aceptar condiciones, que hasta ayer los hubieran convertido en indignados portadores de cacerolas y puteadas.
Para todo el malestar que producen, confían en la kriptonita mediática de la corrupción, y desde las 6 de la mañana hasta 12 de la noche, producen un show donde intentan (y a veces lo logran) convencer de que todo el desastre económico y social que produce el actual gobierno con sus políticas de ajuste neoliberal, son el remedio amargo necesario para combatir la supuesta crisis que les dejó el gobierno anterior.
El tercer semestre, lo que se ve al final del túnel, el trabajo sucio ya hecho, los pibes obligados al "Sí, se puede", las cuentas en Bahamas, la pobreza cero, y tantas otras sandeces, formarán parte de un:
Te la debo...
Cuando después del desastre, instalen un "que se vayan todos"...
Tan necio, como antipolítico.
Del que no querrán hacerse cargo, tanto los que votaron por este "cambio", así como los que colaboraron para llevarlo a cabo.
Habrá que sostener las convicciones, para que cuando eso ocurra, no sea un peronismo prolijo, liberal y acomodaticio la alternativa para sacarnos del pozo.
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