La ya exasperante utilización de frases que por paráfrasis refieren a la clásica "es la economía, estúpido..." resulta a veces agobiante. Aquel exitoso slogan, creado por un publicista llamado James Carville, a cargo de la campaña del entonces candidato Bill Clinton y a la sazón vencedor en aquellas elecciones, en parte por esa famosa muletilla, perdura en el tiempo y es sacado a luz toda vez que en el terreno (indivisible por otra parte) de lo político y lo económico, o mejor aún del análisis de políticas económicas desde la economía política, valga el trabalenguas, se interpela a los demás, con la intención de sacarlos de una situación de "falsa conciencia", sobre temas que lo agobian desde lo cotidiano. Refiere, a que el interlocutor, asuma la "realidad" de lo que supuestamente viven los ciudadanos de a pie, con cuestiones tales como inflación, dólar, desocupación, salarios, y/o la incertidumbre vinculada a estos tópicos.
Hoy el post lo hace Edgardo Mocca, a través de su nota de opinión en el Página12, que tuvo el recato de no hacer la paráfrasis en el título, pero bueno nosotros no pudimos evitarlo.....
El país | Domingo, 26 de enero de 2014
La disputa es por el poder
Por Edgardo Mocca
Una vez más, como tantas en la historia argentina reciente, la suerte del poder se juega en el campo financiero. Fue así, por ejemplo, en 1975-1976 (rodrigazo y dictadura cívico-militar), 1989 (hiperinflación y
ascenso del menemismo) y 2001 (quiebra de la convertibilidad). Lo original del conflicto actual es la potencia del proyecto político que empezó en 2003, el peso estructural de sus acciones y sobre todo, la
voluntad de no entregar el timón de las decisiones públicas a los poderosos intereses que fogonean la inestabilidad. No fue así en ninguno de los casos mencionados, siempre imperó en ellos la
racionalidad de las concesiones a los poderosos a cambio de gobernabilidad; siempre los episodios terminaron con una escalada de decisiones antinacionales y antipopulares, el consecuente aislamiento social del gobierno y su caída (o renuncia anticipada). La repetición cíclica de estas “atmósferas golpistas” permite construir una matriz de cómo y por qué se producen, es decir, qué sectores son los que las impulsan, cuáles son los argumentos, cuáles son los recursos comunicativos en los que se apoyan, cuáles las movidas financieras que organizan. El autor de este comentario no ha desarrollado este ejercicio de investigación, pero con la intuición que provee una larga experiencia, arriesgaría que hay empresas, grupos de empresas y hasta familias y personas que han estado en más de uno de estos episodios........